Odio los domingos a las seis de la tarde, recordando la vieja frase de Harry Marin, como que a uno se le despiertan los instintos asesinos, los domingos a las seis de la tarde me entran unas ganas terribles de matar a alguien para ver si de alguna manera se rompe ese aburrimiento eterno de los domingos.
Sigo online a ver si llegas rapido de tu caminata por la ciudad y te conectas, es un poco tu culpa que ahora solo me la pase esperando a que conversemos, a que me enseñes cosas nuevas sobre este nuevo experimento.
En fin, solo me queda esperar.
K
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